Hay un congelador que intenta seguir latiendo en mi interior...
Sólo intento aplacar y descifrar el ciclón que inició sin que nadie lo anunciara, entró directo, tal cual knock out, el cálido otoño se congeló y ahora vivo a cero grados... Vil catarsis vivida en letras... Y es que sólo estoy intentando encontrar el maldito remedio inexistente... No hay fiesta, no hay químico, no hay líquido embriagador ni cantidad suficiente de sal líquida que cure la herida de una partida... Todos conocemos la posión mágica, es más, tengo una en el closet, pero no quiero sacarla de ahí, no he querido simplemente soltarte y dejarte ir, eso es todo, así de sencillo...
Una despedida más, ¿cuántas hay en la vida?, ¿en algún momento se aprende a despedirse con alegría?...
miércoles, 22 de noviembre de 2006
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