Dar el paso, contener la respiración y pasar el umbral, tomar la decisión y aceptar que el paso inminente es disfrutarme en soledad, me paraliza, me pone en un nivel de pánico escéncio que siento que me muero. El nivel de ansiedad que me genera es similar a la locura... Miedo, miedo, miedo, maldito miedo...
Dar la vuelta en el trampolín, no dar el salto, bajar por las escaleras y regresar al piso, perderse de la adrenalina del salto. Sigo abajo y tengo que subir, es sólo un salto, un pequeñísimo paso al vacío que me llevará en caída libre al splash de una nueva sensación...
Me gustaría atreverme, me gustaría ser de actitud libre y moverme de aquí para allá, sin miedo a las puertas y no quedarme en mi cálido refugio...
martes, 28 de noviembre de 2006
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