Estás en tantas cosas presentes y es que esas cosas ahora soy yo… La inundación terminó, los estragos parecen parte del pasado, simplemente que sigues aquí de una u otra manera, aprendo a seguir queriéndote en la distancia, a sentirte en los recuerdos, a extrañarte en los segundos que los ojos se me vuelven agua… No me odio por este estado, que parece sin mucho avance y que a la vez es tanto… Tiempos de raspadas, de caídas y levantadas, golpeando de un lado a otro, tambaleante he ido caminando, atascada en el protagónico de la víctima… Eso es lo que me agota, una vez más la mártir entra en escena, sin dejar salir al felino interno que habita mis entrañas y me mueve de set en set, experimentando el filo de esos riesgos, de esas aventuras. Mi borrego está tan temeroso que sólo quiere vivir en lo conocido, sin moverse más allá de la cerca que conoce… Cuando en realidad lo que siempre he querido es correr, olfatear nuevos descubrimientos y agazaparme en el recorrido de esas pieles llenas de colores y sonidos, olores saborizados y tiempos atemporales.
Lanzarme, saltar y vivir en los límites que desconozco es el miedo constante y el deseo anhelado… Dar el paso atrás no es quedarme con el pasado, sino con lo conocido y lo seguro.
Se agoto el patrón, ya no da para más, no encontrará historia que le cambie de dimensión si se aferra a volver a interpretar a la víctima que tan bien le sale. Se arrojará a lo desconocido, saboreará la posibilidad de vivir de otra manera?... Finalmente es lo que siempre había buscado sin saber en qué consistía su búsqueda.
domingo, 12 de agosto de 2007
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