La puerta se abre, y no me quiero ir, me quedo en el marco viéndote, esperándote, no te quiero dejar, no me quiero ir, ¿por qué me tengo que ir?... Vienes, me das un "último" abrazo, una supuesta última bocanada de ti, de tu aliento, de tu esencia, quiero quedarme aquí...
Ven, dame la mano, tómala, el viaje será increíble aunque no sé bien a dónde voy, no es cierto, sí lo sé... ¿Quieres venir conmigo?... Creo que dirás que sólo de visita, de vez en cuando... ¡ADORO tus visitas!...
Me gusta que estés en mi vida, me gusta que llegaste con calor en los pies y te pusiste a componer el soundtrack de un tiempo; me gusta esta adicción a una cotidianeidad tan placentera armada de vicios culposos, seductores, deliciosos, relajantes... Me gusta esto de no tener ni un CD original, pero no dejar de ir a cada concierto esperado... Me gusta que el lugar blanco de mi casa, un lugar tan pequeño, se haya convertido en un espacio tan acogedor y tan vivido. Me gusta caminar contigo, me gusta ir en el coche y escuchar una rola tan conocida para ti y tan nueva par mí, me gusta haber conocido a otra feliz víctima del consumismo... Me gustas tú, tú en mi vida, tú con tus perfectos movimientos imaginados en cámara lenta como si estuviéramos en una escena del Héroe, tú con tus 100 horas diarias de plática incluida, tú con toda la gama de caras, la de mamón, la del eterno sonriente, la de berrinche, la de necesito apapacho, masaje, ser consentido, y por supuesto, la de sonrisa de compromiso... Me gusta la manera en que me paras y me muestras el otro lado, el sencillo, el amable, el valioso, el que cuenta...
Queremos ser amigos, pero no contábamos con la química; la bendita-maldita química que nos ha tenido aquí, disfrutando a los Delays, Silverio, Yeah yeah yeahs, Pastilla, Ladytron, Porter, Babasónicos, Kinky, Plastilina, Depeche, Titan...
La química se nos dispara al probar el sabor de la saliva, cuando nos cambia la temperatura y se modifican los niveles de serotonina, dopamina y oxitocina... Y si a eso le agregamos una excelente compañía, que se traduce en momentos y momentos acumulados de jugo y cigarro, sushi, pizza, tacos, pastas, quesadillas, pan árabe, toquines, conciertos, vodkas, rones, vinos, películas, restaurantes, playa, horas y horas de sueño compartido, infinidad de caricias y besos, acompañadas de csi, ultimate fighter, y lo que ofrezca el cable.
Se acabó el ciclo, fin de temporada, fin de año; bien dicen que nada es eterno, todo tiene fecha de caducidad, y yo que ni enterada estaba de la fecha.
El frío alargó unos días más nuestra película, fue una increíble dosis de lo que tenemos, de lo que se queda con vida, agradeciendo no padecer la decadencia. El sentimiento se queda vivo, nadie lo ha matado. La moneda está de tu lado…
domingo, 3 de diciembre de 2006
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